¿Recuerdas qué era lo que más te hacía feliz durante tu infancia? ¿Cuáles fueron esos dulces elementos que hacían que amaras tanto tu niñez? En este post, traigo para ti la invitación a recordar los dulces momentos de esta etapa de la vida, las formas en que podrás reconectar con tu versión de la infancia y algunas ideas para celebrarte en este día de la niña y el niño, que es el 30 de abril, aquí en México.

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Sé que esta celebración es exclusiva de las infancias, pero también es una linda oportunidad para recordar y honrar esa versión nuestra que, aunque no nos demos cuenta, nos acompaña en nuestra identidad presente.
¿Alguna vez te has preguntado de qué manera tu versión de la infancia aún te acompaña?
Actualmente, es muy popular la narrativa del niño o la niña interior y, generalmente, el discurso se centra en la “sanación de las heridas” sufridas durante este periodo, y claro que es válido, sé que no todas las personas tuvieron una infancia digna, amorosa, divertida, fácil… por lo que, la sanación dentro de estos discursos puede ser de gran ayuda y alivio para muchas personas.
Pero, mi propósito con este post es que, a pesar de los momentos difíciles que hayamos atravesado, podamos centrarnos en todo eso que nos supo delicioso durante la niñez. Me encantaría que esta sea una oportunidad para conectar con el gozo y el disfrute y desde ahí, celebrarnos.
Entonces, vamos a comenzar, primero me gustaría hacerte esta pregunta ¿qué te invita a querer celebrar tu versión de la infancia? (además de mí, claro ja ja ja)
¿Qué te te lleva a querer seguir leyendo este texto?
Quizás la nostalgia, el deseo de jugar, de divertirte, de recordar aquello que te hizo tan feliz…¿cómo nombrarías a esta intención?
En mi caso, fue la nostalgia y el deseo de divertirme.
En cuanto a la nostalgia: de repente recuerdo que en mi infancia todo (o casi todo), era tranquilidad, sueños, imaginación juego… y suelo extrañar esos momentos, donde no me preocupaban las responsabilidades de la vida adulta.
Y el deseo de divertirme, también se ha hecho presente porque en este ritmo de vida tan acelerado, en donde voy de cumplir una responsabilidad a otra, en donde tengo que pensar la mayor parte del tiempo en solucionar problemas, me quedo sin tiempo para siquiera pensar en la diversión, y cuando lo hago, sinceramente, me es difícil recordar qué es eso que tanto me gusta hacer solo por diversión.
¿Te ha pasado algo similar?
Entonces, es desde aquí, que parto para poder reconectar con esa versión de mi pasado que no se ha ido, que sigue siendo parte de mí y que ha contribuido para ser la adulta que hoy soy.
Y para que podamos reconectar con nuestra versión de la infancia te traigo unas propuestas, la última es la más emotiva para mí y donde te recomiendo que te des el espacio y el tiempo para poder vivirlo:
10 formas para reconectar con tu versión de la infancia
1. Escríbete una carta desde tu yo niña/niño.
Imagina que tu yo de la infancia te está escribiendo y te está relatando un día donde la ha pasado muy bien, te cuenta dónde está, con quiénes está, la situación que tanta alegría y diversión le provoca. Para esto, te recomiendo que recuerdes una historia de tu pasado donde la hayas pasado muy bien y vuelve a encarnar ese recuerdo.
Nota en tu cuerpo cómo se siente al evocar dicho recuerdo y al escribir desde ese momento, contándole a tu yo del presente lo bien que la ha pasado. ¿Qué siente? ¿en qué parte lo notas más?
Una vez que hayas finalizado, detente, haz una pausa, y lee tu carta de principio a fin, disfrútala y presta atención a la emoción o emociones que sientes en este momento ¿a qué te invitan?.
2. Revisa fotos de tu infancia.
Ve a tu álbum de fotos (ya sea físico o digital) y nota cuáles te llaman más la atención.
Presta atención a las que sientas que fueron momentos donde la pasaste sumamente bien, donde te divertiste, donde jugaste, donde hiciste travesuras, donde pudiste ser y hacer justo lo que querías en ese momento.
Después, si así lo deseas, haz un collage con estas fotos y ponles palabras clave sobre lo que representan.
3. Haz una lista de reproducción sobre las canciones que te gustaban en tu infancia.
¿Recuerdas cuáles eran esas canciones de moda cuando eras pequeña? ¿Hay algún soundtrack de una película que recuerdes que te haya encantado?.
Yo pensé en que amaba cantar las canciones de Tatiana, que por cierto, todavía me tocó usar la grabadora y casette ja ja ja. También recuerdo que me encantaba la canción de Hakuna Matata y “El Ciclo sin fin” de la película del Rey León, la de “Mi reflejo” y “Hombres de Acción” de la peli de Mulan, la de “Colores en el viento” de Pocahontas y una de Lilo y Stitch llamada He Mele No Lilo que está en hawaiano.
Una vez que hayas hecho tu lista, reflexiona: ¿qué dicen estas canciones sobre mi yo del presente? ¿Qué me dirían estas canciones sobre lo que valoro actualmente?.
Mientras yo hacía este ejercicio, busqué cada una de las canciones de Disney en Youtube y puse mucha atención tanto a las letras como a las escenas y lo que más llamó mi atención fue que las canciones de las pelis de Mulan, Pocahontas y Lilo y Stitch me revelaron la importancia que mi yo adulta hoy le da a la diversidad cultural y corporal, a los roles de género, a la rebeldía, a la valentía, la fuerza, la justicia y el amor a la naturaleza.
¿Te das cuenta cómo nuestra versión de la infancia forma parte de nuestra identidad presente?
¿Tú qué descubriste con tus canciones? Me encantará que me compartas tus descubrimientos.
4. Haz una lista de tus caricaturas favoritas.
Recuerda cuáles eran esas producciones que tantas sonrisas te sacaban, recuerda cuando llegabas de la escuela o cuando terminabas tu tarea y podías ahora sí irte a ver lo que más te gustaba. O también, cuando eran vacaciones ¿qué es lo que veías en televisión y te divertía tanto?.
En mi caso, puedo recordar muy vívidamente que llegaba de la escuela y prendía la televisión para ver a Sakura Card Captor, en otros momentos disfruté muchísimo Sailor Moon, Digimon, El laboratorio de Dexter, Garfield, Pingu…¿de casualidad coincidimos en algunas?
¿Qué emociones vienen a ti al recordar estas caricaturas ?
5. Tus juegos y juguetes preferidos.
¿Hay algún juguete de tu infancia que aún conserves?
¿Qué es lo que ha llevado a seguirlo conservando?
¿Hay alguna historia especial detrás de él?
¿Qué juegos disfrutabas? ¿a quiénes recuerdas en estos juegos? ¿en qué lugares jugabas?
Recuerda esos momentos significativos de juego y todo lo que había a su alrededor.
Ahora, honrando nuestra relación con la comida, vienen dos propuestas en torno a ella.
Si tu infancia tuviera un sabor ¿cuál sería?
6. Recuerda los dulces que te gustaban.
Haz un recuento de todos tus dulces favoritos, los que comprabas en el recreo, los que te encantaba recibir en las fiestas o los convivios de las escuela, los que te compraban tus cuidadoras o cuidadores. ¿Cómo eran? ¿recuerdas sus empaques? ¿Hay historias detrás de cada uno de ellos?
Pon atención en tus sensaciones corporales cuando recuerdas esto ¿cómo lo nombrarías?.
Un ejemplo personal son unos palitos de pan que venían en un cajita, al lado les acompañaba una crema de avellana, creo que se llamaban Panitos. Esos palitos de pan tienen sabor a vacaciones de verano, cuando acompañaba a mi abuelita a comprar el mandado y ella me los compraba. O las famosas cachetadas, que para quienes no las conocen, es una hoja larga de caramelo pegajoso, y este dulce me recuerda muchísimo a los momentos de diversión con mis amiguitas de la primaria.
7. Recuerda tus comidas favoritas.
Aquí vas a recordar esos platillos que fueron especiales en tu niñez, ¿cuáles eran tus comidas preferidas? ¿Recuerdas las ocasiones especiales en las que las consumiste?. ¿Tenían una forma especial como caritas o algún elemento que le hacía más divertido?.
Y saliendo del tema de los alimentos, vamos con las propuestas finales:
8. Ver la película “Mi encuentro conmigo”.
Una comedia conmovedora protagonizada por Bruce Willis y Spencer Breslin, que nos invita a reflexionar sobre ¿qué pasaría si me encontrara con mi versión de 8 años? ¿qué tendría que decirme? ¿qué preguntas podría hacerme?.
Esta peli la volví a ver hace menos de un año y me conmovió mucho, creo que es una oportunidad para conectar con esa versión de nuestro pasado para escuchar qué tiene para nosotras. También, nos lleva a imaginar otro desarrollo de la historia e incluso su final. Si te da curiosidad, ojalá puedas verla desde esta disposición a conectar contigo.
9. Escribirle una carta a tu yo de la infancia.
A diferencia de la primera carta que te compartí en la propuesta 1. Es que, en lugar de escribirte como si fueras nuevamente esa niña, ahora regreses a tu versión actual, elige una etapa o un número específico, por ejemplo: tu yo de 9 años, y platícale lo que más desees, puedes contarle sobre las aventuras que has vivido, los logros que has alcanzado, los retos que has superado, las personas que hoy te hacen muy feliz, etc.
10. Conversar sobre tu versión de la infancia
Ahora bien, la que más me conmueve, es que, quiero que imagines que tú y yo estamos teniendo una conversación, vamos a hablar sobre tu yo de la infancia.
En este ejercicio hay preguntas basadas en la terapia narrativa y la metáfora de Decir Hola de Nuevo, propuesta por Michael White originalmente para el trabajo con los duelos, pero a mí se me ocurrió adaptarla para conectar con nuestras versiones pasadas que muchas veces pensamos que se quedaron atrás y que ya no son parte de nuestra vida.
Si sientes que no estás cómoda con la idea y que podría colocarte en una posición vulnerable, sáltate este ejercicio.
Ahora sí, dicho esto, vamos a comenzar, ¿Estás lista/o?
Preguntas guía
- Cuéntame ¿cómo le gustaba que le dijeran a tu yo de la infancia? ¿tenía un apodo?
- ¿Qué le gustaba hacer a los 9 años?
- ¿Cuáles eran sus juegos favoritos?
- ¿Cuáles eran sus intereses y hobbies?
- ¿Cuáles eran sus comidas, caricaturas, canciones, deportes, colores preferidos?
- ¿Tenía algún lugar favorito en la casa o fuera de ella?
- ¿Me podrías contar una anécdota que me de una idea de la niña o niño que era?
- ¿Qué es lo que más admirabas de esta niña o niño?
- ¿Qué cosas eran importantes para ella/él? ¿cuáles eran sus sueños?
- ¿Qué ideas, creencias, habilidades o saberes de esa niña, te han ayudado hasta el día de hoy a salir adelante?
- ¿Qué cosas crees que ella apreciaría de tu yo presente?
¿Cómo ha sido para ti pensar en tu yo de la infancia de esta manera? ¿con qué te gustaría quedarte?
Finalmente, quiero concluir este post con:
10 ideas para celebrar a tu versión de la infancia
- Come tu comida favorita de la infancia
- Haz un maratón de tus películas favoritas de la infancia
- Regálate un juguete que hayas deseado en tu infancia pero que por alguna razón, no lo pudiste tener en ese momento. (Yo tengo ganas de comprarme un ternurín, que ahora se han puesto tanto de moda pero que cuando era pequeña los vi y los quería pero no pude tenerlos, o una Polly Pocket).
- Escucha tu lista de canciones favoritas de la infancia
- Cómprate tus dulces favoritos
- Visita un lugar que recuerdes con cariño, como puede ser un parque.
- Comienza a ver nuevamente alguna de tus caricaturas favoritas.
- Haz una tarde de juegos de mesa
- Sal a jugar al parque
- Colorea, pinta o dibuja
- Recuéstate en el pasto y ve las nubes en el cielo
- Recrea una foto de tu infancia
- Libera tu curiosidad, pregunta, explora eso que tanto llama tu atención
- Si tienes niñas o niños en casa, juega con ellas, sumérgete en su mundo y celebra como ellas/os lo hacen.
- Deja volar tu imaginación, permítete soñar en grande
Espero que post te haya dejado con ganas de conectar con tu infancia y honrarla.
Si llevas a cabo alguna de estas actividades, me encantará que me lo compartas a través de mis redes sociales, me encuentras en Instagram como @psic.alinevazquez
Que tengas un feliz día de la niña y el niño. Y que la vida te sepa lo más deliciosa posible.
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