
¿De cuántos momentos bonitos nos hemos desconectado por darle mayor atención a lo que ya fue o a lo que todavía no llega? El día de hoy vengo a convidarte un poquito sobre esta invitación que ha sido cada vez más constante en mi vida, tanto por mi vivencia personal como lo que otras personas también me han comentado que desean para su propia vida y es el: disfrutar el presente, y que yo preferiría nombrarlo como: saborear el presente.
¿Prefieres escucharlo?
¡Escúchalo aquí!
Antes de arrancar quiero expresar que reconozco que hay muchas personas en distintos puntos del mundo que están atravesando por momentos sumamente injustos, dolorosos y complicados.
Por eso, si tú, como yo, estamos en una posición… digamos que más tranquila, no digo que en un paraíso o que en un mundo color de rosa, pero sí en un lugar y momento donde hay espacio para sentir esta curiosidad por explorar formas de saborear nuestro presente, estamos gozando de un privilegio y me es importante nombrarlo como tal, antes de seguir con el tema.
El ritmo de vida que nos desconecta del presente
Llevamos un ritmo de vida súper acelerado, vamos de un lugar a otro, de un pensamiento a otro, de una responsabilidad a otra, lo cual, complica que podamos centrarnos en el presente y en el gozo del mismo.
Pienso mucho en el impacto de las redes sociales, en el marketing…estamos expuestas y expuestos a constantes mensajes de todo lo que nos falta para estar completas/os, felices, plenas/os, exitosas, gozosas.
Nos bombardean con mensajes sobre lo que «deberíamos» estar haciendo pero que aún no nos ha sido posible llevar a cabo, y eso, nos transporta demasiado al futuro, de lo que seremos o haremos HASTA que llegue el día de tener todo eso que intentan vendernos todos los días.
Vivimos bajo discursos donde se privilegia el futuro, justó recordé de la famosa pregunta que nos hacían en la infancia ¿qué quieres ser de grande? ¿A qué te vas a dedicar cuando seas adulta/o?, yo no recuerdo haber escuchado a alguien que preguntara ¿qué es lo que más disfrutas de tu vida?.
Como que, desde siempre nos han empujado más hacia el futuro.
Pero, también está la posibilidad de quedarse mucho en el pasado, recordando con nostalgia experiencias de la vida pasada, como una forma de perder la esperanza de vivir nuevamente experiencias significativas, disfrutables…
Lo cierto es que, concentrarnos demasiado en el pasado o en el futuro, nos aleja de la posibilidad de saborear la vida presente.
Y ojo, no quiero minimizar la importancia de nuestras historias pasadas ni de los sueños que nos motivan para el futuro, porque vaya que sí son relevantes para nuestro andar por este mundo.
Lo que quiero decir es que, al habitar el presente podemos, darnos cuenta de las posibilidades inmediatas que tenemos para gozar, para agradecer, valorar, etc.
No hasta tener X cosa
No hasta ser X persona
Y cada una de nosotras/os, tenemos motivos muy específicos por los que queremos saborear más el presente, hay historias, valores, cosas, que nos son importantes y qué alimentan este deseo.
¿Has pensando en cuáles son las tuyas?
Mi motivación para saborear más mi presente
Te comparto que, uno de mis detonantes de este deseo por prestarle más atención al presente proviene de mi preocupación por el futuro, el futuro de nuestro medio ambiente. Y es que, desde el año pasado (2023) fueron más evidentes (al menos para mí) los efectos del cambio climático.
Y para darte mayor contexto de por qué esto me es tan valorado, te voy a contar que tengo 2 tías (a las que quiero mucho) que aman profundamente a la naturaleza, ellas tienen formaciones profesionales relacionadas con el medio ambiente, y es por eso que, desde que soy pequeña aprendí de ellas a respetar, honrar y cuidar el pedacito de tierra que yo habitaba.
De ellas he aprendido sobre el impacto ambiental que tienen las actividades del ser humano, como las industrias y de esta forma, me he relacionado con el ambiente desde el respeto y también la preocupación, tengo que admitirlo.
Aunque yo no tengo formación profesional en este ámbito, siempre he tratado de estar lo más atenta posible a lo que sucede en el mundo, entonces, al darme cuenta que cada vez se menciona más sobre la crisis hídrica, las consecuencias a la salud por la contaminación en las grandes ciudades, el aumento de las temperaturas en diversas partes del país y del mundo, ha hecho que me detenga a reflexionar mucho sobre la vida y el futuro.
Estos efectos, yo los veía muy lejos, creí que nunca los iba a sentir, sin embargo, el atravesar por una pandemia y ahora comenzar a ver y sentir el cambio climático, han cambiado muchísimo mi forma de pensar el futuro y de vivir mi presente.
¿Has sentido algo similar?
Siendo muy sincera, a veces pienso el futuro de manera muy pesimista porque veo que predomina la poca voluntad o pocas ganas de generar un cambio, hablando sobre de las personas más privilegiadas y que tiene un mayor poder para generar un cambio, y también siento que este capitalismo nos está consumiendo en todos los niveles, siendo uno de ellos el ambiental.
Hace poco la desesperanza llegó a mi vida, no recuerdo antes haber convivido con ella, por eso fue interesante notar su presencia y me di cuenta que precisamente su puerta de entrada era la preocupación por el futuro ambiental.
Y, a pesar de que el pesimismo a veces hace mancuerna con la desesperanza en mis momentos de imaginar el futuro, hay algo que no permite que me convenzan de resignarme. Y eso es el gozo, el disfrute de lo que ya soy y de lo que ya tengo.
De esta forma, es que he decidido quedarme con esta invitación, quiero estar más cerquita del disfrute. No sé qué va a pasar en el futuro, pero mientras me sea posible, quiero saborear cada paso que doy.
Sé que aún tenemos muchos sueños que queremos cumplir, algunos se ven más lejanos que otros, pero podemos mantenerme esperanzadas/os gracias a los sueños que están más cerquita de nuestro presente, aquellos que podemos cumplir la próxima semana o en los próximos meses.
¿Algo de esto te resuena?
Y ahora, pasando a la forma práctica te traigo:
Propuestas que te ayudarán a saborear el presente
El mindfulness
Lo primero que vino a mi mente al pensar en este tema fue el Mindfulness, atención plena o consciencia plena, la cual, es una técnica que se integra dentro de las intervenciones y terapias de tercera generación.
Aunque es difícil de poner en palabras la subjetividad de la vivencia de poner en práctica la atención plena, existe consenso en que es una experiencia que se caracteriza por poner atención al momento presente, libre de juicios y con aceptación. Kabat-Zinn (2014) menciona que la experiencia de mindfulness guarda relación con el hecho de estar en contacto, de examinar quién somos, de cuestionar nuestra visión del mundo y de cultivar la capacidad de apreciar plenamente cada momento de la vida.
Es considerada una estrategia de meditación que busca la conexión con el aquí y el ahora y para llegar a este estado se requiere de una práctica constante hasta que sea un hábito. Este tema es extenso, pero de manera sumamente breve te diré que una de las formas más comunes para practicarla es poner atención a la respiración, o poner atención a diferentes situaciones de la vida cotidiana en donde puedes hacer una pausa, prestar atención y no emitir juicios.
Otra forma es la autoexploración corporal o body scan, que se realiza acostándose boca arriba y haciendo que la mente recorra las diferentes partes del cuerpo, o también se puede hacer una meditación mientras se camina, prestando atención a las sensaciones que se producen en los pies o piernas mientras el cuerpo está en movimiento.
También se puede lograr a través de estiramientos o yoga, o incluso al momento de comer. Existen programas estructurados y bien definidos para llevar a cabo esta técnica.
Si quieres profundizar en el tema te invito a consultar en Google, YouTube o en redes sociales a profesionales en esta técnica, pues, hoy en día existe mucha información al respecto.
Mi segunda propuesta, sí está inspirada en el mindfulness pero te lo quiero compartir de una manera distinta, intentando ser más sencilla:
Pregunta poderosa y conexión con el cuerpo como medios para saborear el presente
Para esto, quiero compartirte esta pregunta: ¿qué ingredientes hacen que tu vida ya sea deliciosa?
Piensa en todo aquello que hoy en día te hace gozar, disfrutar, como cuando comes tu platillo favorito, quizás son determinados, momentos del día, una plantita, un animal de compañía, una persona, actividades, alimentos….etc.
Tómate tu tiempo para responderte esta pregunta.
Una vez que los identificas, piensa para cada uno ¿qué necesito para saborear más de esto?
Quizás puede ser el ir más lento, permanecer en silencio, o agregarle música prestar atención a las sensaciones de tu cuerpo, tomar una fotografía, dedicar unas palabras a una persona, animal, plantita…
Lo que tú creas necesario y sientas que intensifica el sabor de eso que tanto disfrutas de tu vida presente.
Te pongo un ejemplo de cosas que yo he hecho: Una de las cosas que le dan sabor a mi vida es darle cariño a mis gatitas y gatitos, pero para saborear más esos momentos, dejo de trabajar un rato, me acuesto o me siento junto a ellas/os y presto atención a lo que yo estoy sintiendo, que generalmente es ternura y amor, noto la sensación de mi mano tocando su pelaje, les veo a los ojos y pienso en lo agradecida que estoy de poder vivir esta experiencia, así sea que lo haga varias veces al día, cada una de ellas es especial y me brinda una satisfacción enorme.
Otro ejemplo es: disfruto salir a caminar por las mañanas, y aunque ya es primavera, en dónde vivo, las mañanas son frescas, lo cual me fascina, así que, mientras camino, siento la temperatura del ambiente y noto cómo se siente en mi cara o en mis manos, y me quedo atenta ahí por un ratito, también suelo agradecer por tener la posibilidad de disfrutarlo.
Imagínalo como si estuvieras cocinando, ¿qué condimentos necesitas para disfrutar más de ese platillo que tanto te gusta?
También piénsalo justo como cuando comes algo que te fascina, ¿de qué manera lo haces? ¿más lento? ¿Pones atención a los colores, texturas, olores…? Déjate guiar por esta metáfora y aplícalo en tu día a día.
Gratitud por la posibilidad de saborear la vida
Y la propuesta número 3, que ya mencioné un poco en la anterior, es la de agradecer. En varios momentos del día o al final, nota ¿qué es eso que más agradeces de lo vivido en ese día?
También, en cada cosa que estés a punto de realizar, agradece por la posibilidad de poder llevarlo a cabo, como comer. Agradece a las personas o seres que te rodean, agradece hasta por lo más básico pero que te sea significativo, claro.
Algo que quiero resaltar es que al habitar en eso que tanto disfrutas de tu presente, presta atención a tu cuerpo. ¿En qué partes sientes ese gozo? ¿qué necesita tu cuerpo para poder saborear cada experiencia?
Y a manera de cierre, te regalo unas preguntas que te brindan la posibilidad de reflexionar sobre este tema en tu propio proceso de vida:
- ¿Qué te invita a querer disfrutar el presente?
- ¿Hay alguna historia detrás de esto? ¿Cuál es?
- ¿Por qué es importante para ti disfrutar el presente?
- ¿Qué nombre le darías a esto que te es importante?
- ¿Cuál es el primer paso que te puede acercar a un mayor gozo de tu día a día?
Cuéntame qué descubriste, me encantará leerte.
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