Si sientes que no conoces a tu cuerpo lo suficiente, que lo ves como algo ajeno a ti, y que incluso es difícil para ti decir que lo amas, no te preocupes, aquí encontrarás ideas prácticas para comenzar a amar tu cuerpo, sin importar el tamaño y forma que tenga en este momento.

¿Por qué no amamos a nuestro cuerpo?
El cuerpo es el maravilloso vehículo que nos permite experimentar y transitar la vida. Pero, sorprendentemente, muchas personas viven desconectadas él, al grado de verlo como a un extraño.
Desde pequeños hemos recibido mensajes a través de nuestra propia familia, la cultura y los medios de comunicación sobre cómo debe ser el «cuerpo perfecto».
Nos acostumbramos a escuchar reclamos de las mujeres hacia su propio cuerpo, y también a las críticas hacia los cuerpos de los demás.
Es por ello que, crecemos con una gran auto-exigencia para ser eso que el mundo exterior quiere que seamos.
Buscamos ser aceptados por los demás e ignoramos lo que verdaderamente nos brinda plenitud y satisfacción.
Mi experiencia personal
Quiero compartirte que durante años tuve una lucha contra mi propio cuerpo, me era muy difícil aceptar lo que veía en el espejo, me lastimé física y emocionalmente, pero llegó un momento en el me dije a mí misma ¡basta!.
Así que, decidí comenzar mi proceso de sanación; recurrí a profesionales de la salud mental, libros, cursos y talleres que me enseñaron a transformar mi relación conmigo misma.
Una vez que decidí aceptar y amar mi cuerpo por encima de su forma y su peso, comencé a ser más compasiva y amorosa conmigo misma, mi salud mental y emocional han mejorado y hoy disfruto mi camino hacia una vida con mayor bienestar.
Cómo comenzar a amar tu cuerpo
En primer lugar, no se puede posponer el amar al cuerpo hasta que tenga X peso, X talla, X forma, sino que, al cuerpo se le ama en el aquí y el ahora por el «simple»hecho de que nos permite experimentar la vida.
Si te das cuenta, tu cuerpo te ama en todo momento, aunque le digas palabras hirientes, aunque lo mires con desprecio, o lo ignores, lo sometas a dietas restrictivas, a ejercicios que no le hacen sentir bien; él no para de funcionar, no se pone en huelga y deja de respirar, tu corazón no deja de latir.
Siempre te da lo mejor de él, ¿por qué no agradecerle y amarle por todo eso hoy mismo?
No te voy a mentir, si has vivido durante muchos años con una relación tormentosa con tu cuerpo, no vas a cambiarla de la noche a la mañana, pues, esta transformación requiere de tiempo, amor, paciencia, y mucha compasión contigo misma.
Tomará tiempo, te costará, habrá subidas y bajadas, pero te aseguro que lo valdrá.
Reconoce lo que tu cuerpo hace por ti
Antes de enamorarnos de la grandeza de nuestro cuerpo, es necesario prestar atención a todo lo que nos permite hacer.
Comienza escribiendo una lista de al menos 30 cosas que tu cuerpo te permite o ha permitido hacer.
Aquí te comparto algunos ejemplos:
- Sentir la calidez de un abrazo
- Vivir la experiencia del enamoramiento
- Sentir el pasto en los pies
- Caminar por diferentes destinos
- Saborear los alimentos
- Escuchar y disfrutar la maravilla de una sinfonía
De esta forma, podrás apreciar que, independientemente de su tamaño, color o forma, te permite hacer un gran número de actividades.
Actividades «simples» pero que, en realidad son mágicas, como saborear el sabor del chocolate, disfrutar el olor de tierra mojada, sentir la lluvia sobre la piel, abrazar a las personas que amamos.
¿Te das cuenta que para hacer todo eso no necesitas tener un cuerpo de «modelo»?
Apreciar los logros que te ha permitido obtener
Contrario a la exigencia y reproche hacia el cuerpo, reconoce lo que juntos han logrado a lo largo de su vida.
En lugar de verlo como tu enemigo, ve el gran amigo que es y todas las metas a la que han llegado juntos. Haz una lista de 30 logros que has obtenido gracias a él.
Por ejemplo: ¡llegamos a la cima de una montaña!, viajamos a otro país, terminamos una licenciatura, corrimos un maratón, etc.
¿Puedes ver a ese fiel y amoroso cómplice con el que vives cada instante?
Amar tu cuerpo es agradecerle
Otra poderosa y bella práctica, es la de comenzar el día agradeciendo a alguna parte de tu cuerpo o a todo por completo.
Cada vez que te levantes, mírate al espejo y agradece a alguna parte de tu cuerpo en específico o a todo, lo que más se te antoje en ese momento.
Por ejemplo: «gracias cuerpo por esta noche de sueño tan reparador»
«Detox» de redes sociales
Otra forma de disminuir la exigencia hacia tu cuerpo, es alejarte de las imágenes que te provocan inconformidad contigo misma.
Actualmente, estamos bombardeadas de publicidad e imágenes de cuerpos que se encuentran un tanto alejadas de la realidad.
Recuerda que en redes sociales abundan las fotos donde se disfrazan algunas partes del cuerpo con filtros, Photoshop, maquillaje, o poses.
«No compares tu interior con el exterior de otros»
Así que, si sigues cuentas de personas que al verlas te causa ansiedad, preocupación, o enojo por no encajar en esa figura; lo mejor es que al menos por un tiempo te alejes de esas imágenes.
En su lugar, sigue cuentas en donde haya diversidad corporal, así podrás apreciar que la belleza y la salud vienen en distintas formas y tamaños.
Algunas de mis cuentas favoritas son: @elcuerpoquesomos, @weloversize, @bodyposipanda
Redefine tu concepto de belleza
Siguiendo con una nueva forma de ver a tu cuerpo, te invito a que redefinir el concepto que tienes sobre la belleza.
¿Qué es para ti una mujer hermosa?
¿En verdad crees que solo las mujeres bellas son las que tienen ciertas características físicas?
Intenta que tu nuevo concepto no involucre aspectos físicos, ve más allá.
Aquí te comparto mi concepto de belleza, el cual, me llevó tiempo y trabajo en terapia para poder llegar a él.
La belleza es abrazar nuestra esencia y permitirle brillar, es aceptar y amar cada parte de nosotros y compartir esa dicha con el mundo que nos rodea.
Atender tus necesidades es amar tu cuerpo
Antes de querer agradar e impresionar a los demás, primero debemos impresionarnos a nosotras mismas.
Esmérate en cuidar de ti, escucha lo que tu cuerpo desea y dáselo con todo el amor que se merece. Por ejemplo: si deseas pasar una tarde de descanso, ¡házlo! baja el ritmo y haz un día de spa en casa.
Hay muchas actividades que te permiten honrar tu cuerpo de forma sencilla y que poco a poco se convertirán en un hábito.
Practica movimiento realista y gozoso
Elige una actividad física que en verdad disfrutes y que esté a tu alcance. Transforma la obligación por un momento de gozo y conexión con tu cuerpo.
No hagas lo que está de moda solo porque todos los demás lo hacen, si todos van al gym y a ti no te agrada totalmente, ve a clases de natación, baile, yoga, o sal a caminar/correr. Hay muchísimas opciones para moverse.
Recuerda que lo importante es que en verdad lo disfrutes.
Amar tu cuerpo es alimentarte con amabilidad y compasión
El verdadero especialista en tu alimentación es TU CUERPO.
Tu cuerpo sabe perfectamente qué es lo que le da placer, lo que le hace bien y lo que no; escúchalo y poco a poco podrás ir descubriendo el tipo de alimentación que se adapta a ti
Si bien los profesionales de la salud conocen sobre la fisiología del cuerpo humano, no es posible que conozcan con exactitud qué es lo mejor para cada cuerpo que habita en este mundo.
Si te cuesta identificar qué es lo mejor para ti, te recomiendo acudir a profesionales de la salud que tienen como propósito ayudarte a conectar y conocer los procesos de tu propio cuerpo, busca especialistas en psiconutrición o a los que trabajan bajo un modelo de alimentación intuitiva.
Ve a terapia
Por último, y no por eso menos importante, es que acudas a terapia psicológica para que este proceso de reencuentro con tu cuerpo sea de la manera más saludable y dirigida.
Hay veces en que podemos traer cargando heridas o traumas, que son los causantes de la relación tormentosa con nuestro cuerpo. Por eso, es importante recurrir a los especialistas en salud mental.
Este fue el más grande recurso que me ayudó a sanar y salir adelante.
Una vez que comienzas a relacionarte mejor con tu cuerpo, tomarás decisiones basadas en el amor y cada vez menos desde el miedo.
Espero que todas estas ideas sean de ayuda para tu proceso personal.
Recuerda tener paciencia y compasión contigo misma. Los cambios se van observando con la práctica día con cía.
Cuéntame qué te parecieron 🙂
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